Hele ve a su mamá como un animal, más exactamente como un Jaguar. Cuando Hele tiene miedo, las dos rugen y se llenan de valor. Cuando están apuradas para ir al jardín de niños, Hele se sube al lomo de su mamá y a toda velocidad recorren la ciudad. Cuando está triste, se acomoda entre las garras de mamá, quien la reconforta con lengüetazos de cariño. Y cuando Hele no se quiere ir del parque, mamá la coge entre su hocico y la lleva a casa.
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